La de veces que me odiado a mi misma por dejar escapar a aquellas personas que quiero, por rehuir de ellas, por orgullo o simplemente por miedo, miedo a desnudarme a mi misma y terminar sufriendo.
Ya hace semanas que has dejado de llamar.
Hace semanas que algo se resquebrajo en esta relación.
El pegamento que nos unía se secó.
Y por más que intente olvidarlo por más que me lo niegue a mi misma esto me está costando más de lo que yo pensaba.
Son demasiados recuerdos a tu lado, demasiadas confesiones, demasiados sueños.
Supongo que en parte fue culpa mia, culpa mia por dejarlo correr por escapar de tu cariño, culpa mia por no ser lo suficientemente buena.
La otra te pertenece a ti por creer que cambiando tu esencia las cosas seguirían igual.
Y ahora un lo siento se queda demasiado corto.
El tiempo de las recriminaciones ya ha pasado, al igual que el de los perdones.
Sin embargo me niego a ser yo la que pronuncie el adios definitivo.Cenizas.
Ya no queda otra cosa entre ambas.
Y me pregunto ¿de verdad merece la pena luchar por recuerdos?
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