Dejo que las lágrimas corran libres por mis mejillas, dejo que estallen sobre la almohada, ya no intento reprimirlas pues es en vano.
Me permito a mi misma bajar la guarida, todas las mascaras que me impongo día a día desaparecen dando paso al sufrimiento en su más cruda versión.
Y los fantasmas que aguardan bajo mi cama empiezan a alzar sus brazos hacia mi, se introducen en mi mente y recrean en mi las mas horribles visiones.
Es entonces cuando la realidad se abre paso a patadas, cuando la jodida realidad se difumina en lo más profundo de mi ser.
Y entonces te sientes miserable, te sientes egoísta, te sientes nada.
Porque eres tan solo un eslabón mas en toda esta cadena, otra pieza que tarde o temprano será sacrificada.
Y todos los errores que has cometido a lo largo de tu vida reaparecen., todos los pasos que casi te precipitan al vacío se materializan, y los que están por venir te anuncian su llegada.
Frágil, vulnerable, y terriblemente sola.
Como suelen decir, la procesión va por dentro.Noche tras noche se repite la misma historia, y por la mañana, cuando me levanto, cuando el sol todavía no ha alzado sus brazos no queda ni rastro del caos nocturno.
Tan solo los surcos negros que manchan la almohada son los mudos testigos de mi desesperanza.
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